Cuatro pasos para crear hábitos nuevos
Hola, espero que te encuentres excelente. Si llevas el orden
de estas entradas sabrás que prometí escribir sobre los hábitos, cómo
generarlos, cómo iniciar, qué hacer para no perder la motivación y qué hacer si
la pierdo, porque sabes, aunque las herramientas que te voy a compartir son
sumamente útiles, la realidad es que somos una máquina, no podemos estar todo
el tiempo vibrando alto y para que la disciplina logre movernos sin necesidad
de motivación deberán haber pasado muchas cosas, muchos días y a veces nuestro
cuerpo y mente no nos da tiempo para eso.
Te cuento, este año decidí que quería salir a correr todos
los días, sin embargo, en la primera semana que comencé tuve varios problemas
de salud, por lo que esa semana solo corrí dos días. La meta es salir a correr
todos los días de lunes a sábado, tres días no eran suficiente. La siguiente
semana logré correr de lunes a jueves, cuando me di cuenta de que una persona muy
importante en mi vida había decidido ya no estar más en ella, lo que me
ocasionó severos problemas de insomnio, ansiedad, depresión y falta de apetito
y aunque quise salir a correr así, el segundo día no lo logré, porque físicamente
estaba muy agotada. Paré de correr y primero comencé sesiones en línea con una
terapeuta para sobrellevar del duelo de perder no una amiga, sino dos y no solo
eso, sino que ahora eran amigas de personas que yo no quiero en mi vida, ha
sido un proceso largo del que no me recupero, aún tengo pesadillas y ataques de
ansiedad, pero eso ya no me detiene para avanzar con mis metas. Aquí quiero
resaltar esto porque recuerda que te dije antes que la terapia es fabulosa para
el autoconocimiento.
Bien, pues entrados en algo de contexto pasemos a lo que de verdad has venido, a saber, cómo crear un hábito nuevo.
Primer paso: Fijar una meta
Cuando me planteo un destino resulta más fácil recordar para
qué hago lo que hago, la meta sí puede ser “hacer ejercicio seis días a la
semana” ese es el fin, lograr por un tiempo determinado hacer ejercicio seis días
a la semana sin interrupciones, sin embargo si a esto le sumas, que para modo
de evidencia de tus avances tu determinas (junto con un experto) Los kilómetros
que vas a correr, el tiempo que lograrás resistir el ejercicio, si levantarás cien
kilos con las piernas, o los brazos, todo eso te suma puntos para la motivación,
para no perder el foco y no abandonar el proceso.
Segundo paso: Hacer un plan de acción
Ah, ¡pero claro! Es que ¿cómo crees que vas a avanzar si no
sabes para dónde? Entre más detallado sea el plan de acción mucho más fácil será
obtener resultados, entre más fácil obtengas resultados, más pronto llegarán
las recompensas (siguiente paso) y entre más rápido obtengas recompensas más
tiempo garantizas tu motivación.
Cae en lo ridículo, haz un documento o escríbelo a mano, haz un diagrama, un
dibujo o lo que te haga sentir más conectado con este plan, registra la fecha y
hora en que harás cada uno de estos pasos y sobre todo cumple con tus tiempos.
Si por algo ajeno a ti no es posible, escríbete una nota para que no olvides la
razón y sigas avanzando.
Tercer paso: Establecer recompensas
Cuando decides emprender este viaje de vida bajo objetivos,
te darás cuenta de que absolutamente todo tu entorno va a modificarse de una u
otra manera, así que lo más probable es que necesites constantes recordatorias
de que estas en el camino que deseas estar, la manera más fácil es auto recompensándote
por tus avances, a mí me gusta comprarme ropa, jajaja, pero tú puedes pensar en
tus propias recompensas. Un día de spa, ver una película, comer tu comida favorita,
lo que sea que te ayude a mantenerte en motivación. Pero cúmplete lo que te
prometes, no te vendas por menos y si lo has logrado verdaderamente recompénsate
por ello.
(¿Qué pasa si he perdido la motivación?)
A veces pasa que sin importar lo que hagamos, la motivación
se va. Y es hora de replantear si estamos generando este nuevo hábito porque sí
lo queremos o porque creemos que lo queremos, porque nos lo impuso alguien, o quizá
es la meta la que no está funcionando, muchas veces es un tema de hormonas lo
que no nos permite encontrar la motivación, si crees que no estas encontrado soluciones
a tu estancamiento, te recomiendo que acudas con un especialista.
Pero esperando que no sea una situación como esa, lo más importante
es la evaluación acerca de si lo que estás haciendo realmente te gusta, de ahí
que te diga antes que es importante primero conocernos, para saber qué
decisiones tomar antes de perder tiempo en pruebas que no nos van a satisfacer.
Si estás seguro(a) de que esa es la meta
y que ese es el hábito que anhelas, entonces busquemos la motivación en un vision
board, recolectar imágenes de como serás, como te verás, escribir como se
sentirá tener o hacer eso que quieres, verlo a diario y empaparte de la emoción
que te genere. Hay un ejercicio muy poderoso en el que te visualizas obteniendo
lo que anhelas y los que deberá pasar para que llegues ahí, sin embargo,
comenzarás de atrás hacia adelante, “superando retos” como si vinieras del fututo.
Por otro lado, algo más sencillo sería escribir la razón por
la que elegiste desarrollar ese “proyecto”, cuales emociones experimentabas al
decidirte por este recorrido, escribe y recuerda la experiencia completa, ¿qué
te hizo sentirte motivado(a) por este hábito? Esto te apoyará a crear un ancla, para no soltar cuando estés cansada(o) y las cosas no salgan como queríamos.
El punto es encontrar de nuevo esa experiencia positiva que nos permita cumplir
con nuestros objetivos y actividades diarias.
Cuarto paso: Apela a la disciplina
Bueno, sin duda este paso es absolutamente complicado para
la mayoría, no estamos acostumbrados a seguir nuestras propias órdenes y por lo
regular cumplimos muy poco con lo que dijimos que haríamos… perooooooo eso no significa
que no podamos “fingir” que somos disciplinados. Te explico, pero es literal, ¡MIENTETE!!!
Levántate cuando no quieres, haz ejercicio cuando no tengas ganas, come
saludable aun con ese antojo. Miéntete y repítete que eres una persona disciplinada.
Simplemente así, no quiere decir que sea efectivo todo el tiempo, pero la regla
dice que, si finges que nadas, terminaras nadando. Y funciona. ¡Claro! Que si
te rodeas de personas que hagan ya lo que tú quieres hacer para que sea más fácil
“fingir” que ya lo tienes.
¡Finge que nadas!
El libro de hábitos atómicos tiene estas y otras
herramientas que te pueden apoyar en este nuevo proceso. No olvides que es de suma
importancia estar claro en lo que deseas.
Nos vemos la próxima.

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