Cinco cosas que debes hacer para Auto-Conocerte

Hola, espero que te encuentres bien…

Hoy quiero contarte algo muy personal, cuando decidí que me iría a trabajar a otra ciudad, me fui con ideas muy claras de lo que yo quería y quien yo era, pero cuando llegué a una ciudad nueva, donde absolutamente nadie me conocía y en donde nadie se sorprendería de mis conductas porque no tenía ningún tipo de antecedente, comencé a ser consciente de mi personalidad de una manera distinta, me di cuenta de que había cosas que hacía por hábito heredado y no porque yo quisiera, descubrí que me gustaba cocinar y limpiar la cocina, que disfrutaba las mañanas y los atardeceres, que soy mucho pero mucho más creativa de noche.

Descubrí que me gustaban bebidas y comidas que antes no había probado, creí que no me gustaba la playa y descubrí que me encanta y que incluso me hizo un bien a la salud que no creí que fuera posible. Realmente me abrí en genuinidad y dejé mis posturas oscuras y simplemente dejé que me conocieran como soy.
Cuando volví la gente dijo que había cambiado muchísimo, pero en realidad yo solo abrí mi corazón y fui yo misma en total autenticidad.

Así que, ya que estás acá, hablemos con la verdad. ¿Realmente te conoces? Es decir, cuando estás solo, sin preocupaciones de dinero, sin presión social, realmente, quien eres cuando nadie ve.

Yo tuve que irme de mi ciudad para lograr esto y en el proceso descubrí que no era yo cuando estaba cerca de la gente que me conocía de siempre. Suena a un cuento, lo sé, pero descubrí que las conductas se modifican también por la presión de lo que los demás esperan de ti.

Es importante que sepas que el conocernos es un viaje al centro nuestro interminable, porque si estás viviendo la vida al cien, verás que estás en constante cambio y en constante evolución, así que lo más seguro es que lo que amabas a tus 20, hoy ya no sea importante, lo que querías hacer a tus treinta no es tan bueno como lo que estás planeando ahora y eso está bien. Se vale y es necesario desaprender y rediseñarnos las veces que sea necesario para ser siempre lo mejor que podemos. Esa famosa “mejor versión”. Bueno, vayamos pues.

1.- Observa el presente:

La vida va rápido y por ir detrás de ella dejamos de lado lo que importa, el aquí y el ahora, pocas veces nos prestamos la atención necesaria para entender ¿de dónde vienen nuestros impulsos?, ¿por qué creemos lo que creemos?, ¿quién nos dijo que la vida era así?, ¿cuándo decidimos que seriamos de determinadas maneras? o ¿por qué elegimos el camino que elegimos?

Somos una mezcla de creencias heredadas, experiencias, circunstancias sociales y un montón de aspectos biológicos que ni siquiera entendemos.  Está comprobado que nuestro carácter se influencia en gran medida por lo que vive nuestra progenitora mientras estamos en etapa de gestación y muchas de las cosas que nos explicamos vienen de la información que viene en su código genético y que ahora es nuestro también. Entonces, la única manera de comenzar a modificar situaciones es entender de donde vienen nuestras creencias y cuestionar si me suman o me restan. Cuando te encuentres en una situación fuera de lo común, para unos segundos y observa como si fueras un espectador en el cine, viendo al protagonista actuar, cómo lo haces y si es digno de la persona en quien te quieres convertir.

 

2.- Plantea metas cortas:

El primer paso para retarnos en tema de reacciones y comportamientos y lo que a mi me ha permitido ser consciente de las cosas que me cuento y de como me comporto es poniéndome metas. Pues es que desde que las estoy eligiendo me doy cuenta qué clase de opinión tengo sobre mi y mis capacidades, la manera en que elijo estas metas habla mucho de mis prioridades, mis valores y las aspiraciones que tengo como persona. Aún más revelador resulta saber si la logré en el tiempo que dije, si fue antes, después, si ni siquiera la intenté. Logro ver claramente lo que ocurrió en mi entorno esos días y cuáles fueron los resultados. Y así me entero de que en el trabajo me vendo como alguien organizada y proactiva, pero si se trata de mis proyectos personales, ni siquiera empiezo y me vendo mil historias del por qué no lo intenté.

Así mismo, descubro que no lo he intentado porque me da miedo fracasar en algo que es importante para mí. Y descubro que no tengo confianza en mis capacidades, que viene del miedo a que se burlen o me regañen. Que deseo más ser aceptada en un círculo social que los sueños que digo que yo tengo. Y ahí amigos, es donde comienza el viaje del terror. Porque claro que descubrir eso no fue nada bello. Sin embargo, fue absolutamente necesario para saber que debo ser apegada, estricta y hasta un poco cuadrada en ese tema porque cualquier variante me hace retroceder diez pasos o hasta abandonar mi meta.

3.- Corregirme todos los días:
Como parte de una práctica saludable de convivencia conmigo misma, decidí cambiar el modo en el que me hablo y la explicación que me doy de las cosas que ocurren a mi alrededor.
De este modo tengo la oportunidad de hacer consciencia de como veo las cosas y que tanto me aporta ese lente con el que las miro.
Si es necesario llevar un diario, hazlo, verás que se pone interesante escribir como te encuentras al día y es una gran evidencia de como evolucionas mientras avanzas en tu autoconocimiento.
Por ejemplo, como Event Planner en el medio corporativo, mi trabajo dependía de la presencia de personas, la movilización de gente y las reuniones en físico. 

Cuando llegó la pandemia eso se volvió imposible y yo, por un tiempo considerablemente largo me sentí destruida por no poder seguir en el campo. No perdí mi empleo pero sí me sentí muy “desquehacerada” al no poder hacer ni un evento, eso ocurrió por dos años, así que un día me senté a evaluar cómo estaba percibiendo la situación, como esto me estaba afectando severamente y como me estaba explicando el tema de la pandemia, hasta que descubrí que lo estaba viendo como un tema terrible y que en realidad era la oportunidad perfecta de emprender mi propio negocio aprovechando el tiempo libre que tenía.
Te cuento que ese negocio fue un fracaso, pero ahí aprendí muchas más cosas que con el tiempo te contaré. Lo importante de esto es rescatar que pude evaluar mi percepción de un hecho que era evidente y que podía ver como una oportunidad o como una barrera.
Cuando te detienes a pensar en cómo te estás explicando las cosas y si es eso lo que te limita o te impulsa puedes tomar decisiones en ese instante, ya desde la consciencia. Pero este es un trabajo diario.

4.- Asistir a alguna terapia

Tú puedes elegir la que quieras, hay muchas y te recomiendo que elijas la que más te haga vibrar o conectar con quién eres tú. Puedes comenzar con la esencial que es la terapia psicológica, pero al final si lo tuyo es el tarot y eso te da paz, ¡dale!
Lo importante es que crees una conexión con tu interior y tu energía para que logres entenderte mejor y te comuniques contigo y con el universo (Dios, el mundo) de la manera que mejor te funcione. Aprender a escuchar nuestro interior nos da las herramientas correctas y nos ayuda a tomar mejores decisiones. Además, al asistir a terapia permites que otras personas con preparación profesional te aporten su visión de tu situación y te abren el panorama a nuevas posibilidades. Esa es una gran manera de decidir qué quieres conservar y que ya no estás desenado tener en ti.

5.- Probar en nuevos ambientes
La mejor manera de probar tus nuevos hábitos, tus nuevas aportaciones y creencias, sin duda, es conociendo gente. Es el modo perfecto en el que podrás averiguar cosas nuevas, reforzar lo que sí te gusta y detectar lo que no. Observar precisamente lo que te hace sentir cómodo(a) en otros y lo que te molesta. Es más fácil cuando alguien que no conoces hace o dice algo que no te agrada que lo detectes y lo rechaces, que cuando es alguien a quien estas acostumbrado(a) a ver y con quien ya tienes una rutina. De ese modo tú puedes evaluar también si tus comportamientos son correctos para quien quieres ser o es mejor buscar nuevas conductas y comportamientos.
Además, conocer gente nueva y en nuevos lugares enriquece tus conocimientos, tus relaciones personales y profesionales, te permite actualizarte y encontrar nuevas maneras de hacer rutinas.
Por ejemplo, si vas a un nuevo gimnasio, si decides estar en un club deportivo o a clases de algo de pronto podrás ver hábitos repetidos de personas que llevan más tiempo en ese sitio que tú y será más fácil para ti empaparte en estos nuevos hábitos. E incluso podrías tú aportar al crecimiento de tu nuevo grupo.
Con gente nueva también podría sorprenderte lo fácil que puedes adoptar comportamientos nuevos y de impacto positivo para ti.
Al final del día es mucho más fácil y ser “alguien nuevo” sin dejar de ser tú cuando la gente no está esperando nada de ti.
Así que ya lo sabes, es importante conocerte para saber a dónde caminar, como hacerlo y a qué velocidad, saber a qué te enfrentas te permitirá elegir mejores herramientas para combatir cualquier anomalía.

Nos vemos en la próxima.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

10 cosas que puedes hacer para vender más y mejor.

Qué hacer si te quedaste sin empleo.